Encuentros necesarios

*Por Federico Lartigue
@FedeLartigue

Un almuerzo entre amigos, como cualquier otro. La camaradería queda al descubierto en un encuentro donde relatan sus vidas: sus problemas maritales, tristezas, desilusiones, proyectos frustrados, sueños naufragados. Son cinco compañeros de toda la vida que enfrentan la crisis de la mediana edad, se enfrentan a sí mismos, a lo que querían ser y a eso que, como pudieron, llegaron.
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Desde el viernes 7 de junio se exhibe “Almuerzo en la Pura” en el teatro La Galera, Humboldt 1591, a las 22.30 horas. Escrita y dirigida por Ramiro Bianchi, la obra narra una reunión de cinco amigos que atraviesan la crisis de la mediana edad.
La hipocresía condimenta la obra en un sentido positivo. Esa que une en vínculos fuertes, la responsable de no decir lo que se piensa para que nadie salga lastimado. En la obra, los personajes callan lo que pueda generar una herida en el otro pero la solidaridad y el cariño que comparten se hacen presentes mediante la función más sencilla que puede tener un amigo: acompañar.
Ramiro Bianchi supo reflejar en los personajes de qué se trata atravesar aquella crisis de los cuarenta, mirar atrás, reflexionar cuáles fueron las victorias y los fracasos, cómo los prejuicios a veces nos alejan del otro. También introduce subtemas como el divorcio, la homosexualidad y la inseguridad que enriquecen la producción y generan una fuerte identificación con el relato.
El elenco que encarna “Almuerzo en la Pura” – Flavio Abraldes, Natalia Castrege, Eva Matarazzo, Juan Pablo Parigini, Pablo Scorcelli y María Soledad Siboldi – realiza un desempeño impecable. A través del recurso teatral de la contra escena, representan a modo de flash back anécdotas de los personajes. Salen y entran de la piel de los protagonistas. Van del pasado y al presente con tanta naturalidad que enaltece la puesta en escena.
Al entrevistar a Ramiro Bianchi, él mismo nos explicó el desafío de llevar adelante la obra.

 – ¿Cómo te sentiste con “Almuerzo en la Pura”?

Bien, se dio un buen proceso de evolución. No la escribí para nadie en particular, tampoco la hice solo. Empecé a hacerla con un grupo de gente, y después decidí trabajar con personas que no conocía. Con actores que había visto actuar en algún lugar o que me mandaba material, después empezamos a hacer reuniones.

– Entonces, ¿no conocías al elenco antes de escribir la obra?

No, los seis actores son de escuelas actorales distintas: de comedia musical, de cortometrajes, o que recién inician. Gente de distintos palos.
Entonces cada uno fue aportando desde su lugar, que era lo que yo pretendía, una mirada sobre los personajes muy distinta. Todavía hoy lo están armando.

– Contanos la experiencia de trabajar con actores que no se conocían.

Lo más interesante fue armar un vínculo, no de amistad porque no lo somos. Pero que ellos puedan lograr en poco tiempo creerse que son amigos, generar un vínculo como una amistad. Cada uno va haciendo su aporte, en muchas cosas, en el texto hay cosas que quedaron y cosas que no. Está bueno el grupo. Se armó un equipo de gente que se ayuda en los ensayos. Pero lo interesante fue cómo influyeron distintas ideas y lecturas sobre una línea. A veces complejizó y nos quedamos dos horas hablando sobre dos renglones, pero está bueno, ellos lograron parecer cinco amigos en el escenario.

– ¿El principal tema es la hipocresía dentro de la amistad?

Creo que hay algo de eso… a mí me parece que después de un cierto tiempo la amistad y la familia se parecen un poco. Le pongo un sentido positivo a la hipocresía, en el sentido de cosas que se callan para no lastimar al otro, o que se piensan. Pero son personajes antagónicos que terminan siendo solidarios entre ellos mismos, más allá de lo que piensan, y eso tiene que ver con un vínculo anterior a la escena en sí.

– La comedia hace referencia a encuentros y desencuentros, ¿por qué? 

Mirá, yo tengo casi cuarenta años, y hoy en día lo que pasa es eso, si te juntás con la familia o con amigos lo que sucede es eso, si no te divide la política, lo hace la tecnología. La gente está encontrándose en otros medios. Básicamente hay encuentros o desencuentros. Pero no se trata de un reencuentro, sino de “el encontrarse”. Se va perdiendo la posibilidad de encuentro y de charla porque los diálogos son cada vez más disruptivos. Quizás porque uno ya tiene hijos o demasiados compromisos laborales pero creo que acá está el encuentro que es importante, no un reencuentro por Facebook, no pasa por ahí. La idea está en mostrar cuánto nos está costando encontrarnos y darnos a conocer.

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Autor y Dirección: Ramiro Bianchi.
Elenco: Flavio Abraldes, Natalia Castrege, Eva Matarazzo, Juan Pablo Parigini, Pablo Scorcelli y Maria Soledad Siboldi.
Asistente de Dirección y Producción: Laura Wasiman.
Escenografía: El Fino.
Vestuario: Wanda Wajszczuk.
Arreglos Musicales: Luis Maria Bruvera.
Diseño Grafico: Fernanda Presa.
Fotos: Jóse Ludovico.
Teatro:  Teatro La Galera, Humboldt 1591, C.A.B.A., Argentina.
Funciones: Viernes 22: 30hs.
Reservas: (011) 4771-9295 / 153-150-2003. Localidades : $60. Más info  info@lagaleraencantada.com.ar
Finalización: Último viernes de octubre.

 

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